lunes, 11 de enero de 2010

La Dislexia

 

El lenguaje escrito es un sistema de comunicación que representa, mediante signos gráficos, el lenguaje oral. El aprendizaje del lenguaje escrito requiere un desarrollo adecuado de una serie de variables: mentales, lingüísticas, metalingüísticas, socio-emocionales y cognitivas. Entre los trastornos del lenguaje escrito más frecuentes tenemos: el retraso lector, la disgrafía, la disortografía y la dislexia
La dislexia afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas a la lecto-escritura, particularmente a la discriminación fonológica, decodificación visual, memoria a corto plazo, percepción y secuenciación. Los alumnos con este trastorno, presentan problemas en el deletreo, en el análisis y síntesis auditivo, así como en la traducción fonema-grafema y viceversa.

En términos neurológicos, se habla de dislexia cuando la dificultad se debe a una lesión cerebral, lesión que normalmente sólo afecta a determinados componentes del lenguaje, en función de la zona de la corteza cerebral afectada.
En términos psicolingüísticos, hablamos de dislexia como una dificultad específica para la lectura y escritura, que no aparece asociada a ningún trastorno cognitivo, sensorial, motor, ni afectivo-emocional aparente, en un niño que, habiendo estado sometido a una instrucción lecto-escritora, lleva un retraso en la misma de 2 ó 3 años. La dislexia tiene un carácter persistente e inesperado respecto a las capacidades del sujeto.

Suele afectar de modo específico a la lectura, descartándola en aquellas actividades de razonamiento, cálculo... que no exigen el uso del lenguaje. En estas actividades, la ejecución puede ser superior a la media.

La dislexia se puede deber a problemas de lateralidad, de psicomotricidad, de esquema corporal, orientación espacio-temporal, a trastornos perceptivos tanto auditivos como visuales y a factores hereditarios. Además, la existencia de alguna alteración cerebral no está descartada del todo, detectándose diferencias en las asimetrías hemisféricas y anormalidades en la formación de la corteza cerebral.

Las personas con dislexia pueden presentar déficits en los procesos perceptivos, en los procesos de análisis visual, en el reconocimiento de palabras y en el procesamiento sintáctico y semántico.
Algunos signos para detectar la dislexia son:

En la lectura: lentitud y vacilaciones, confusión entre letras de forma parecida, inversión de letras en palabras, confusión en el orden de las letras, omisión de letras, uniones y separaciones indebidas de las palabras y adicción de sonidos al final de las palabras.

Además de los anteriores, en la escritura suele aparecer: un tamaño de las letras demasiado grande o demasiado pequeño, cambios en la direccionalidad de las letras, letras mal elaboradas y poco diferenciadas, dificultad para mantener un espacio regular entre letras y palabras, dificultad para seguir una línea recta incluso con papel pautado y dificultad con la ortografía.

La dislexia no se puede diagnosticar antes de los 8 ó 9 años, dado que es en esta edad cuando se completa el proceso constructivo del lenguaje lecto-escritor.

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