El lenguaje escrito es un sistema de comunicación que representa, mediante signos gráficos, el lenguaje oral. El aprendizaje del lenguaje escrito requiere un desarrollo adecuado de una serie de variables: mentales, lingüísticas, metalingüísticas, socio-emocionales y cognitivas. Entre los trastornos del lenguaje escrito más frecuentes tenemos: el retraso lector, la disgrafía, la disortografía y la dislexia
La dislexia afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas a la lecto-escritura, particularmente a la discriminación fonológica, decodificación visual, memoria a corto plazo, percepción y secuenciación. Los alumnos con este trastorno, presentan problemas en el deletreo, en el análisis y síntesis auditivo, así como en la traducción fonema-grafema y viceversa.
• En términos neurológicos, se habla de dislexia cuando la dificultad se debe a una lesión cerebral, lesión que normalmente sólo afecta a determinados componentes del lenguaje, en función de la zona de la corteza cerebral afectada.
• En términos psicolingüísticos, hablamos de dislexia como una dificultad específica para la lectura y escritura, que no aparece asociada a ningún trastorno cognitivo, sensorial, motor, ni afectivo-emocional aparente, en un niño que, habiendo estado sometido a una instrucción lecto-escritora, lleva un retraso en la misma de 2 ó 3 años. La dislexia tiene un carácter persistente e inesperado respecto a las capacidades del sujeto.
Suele afectar de modo específico a la lectura, descartándola en aquellas actividades de razonamiento, cálculo... que no exigen el uso del lenguaje. En estas actividades, la ejecución puede ser superior a la media.
La dislexia se puede deber a problemas de lateralidad, de psicomotricidad, de esquema corporal, orientación espacio-temporal, a trastornos perceptivos tanto auditivos como visuales y a factores hereditarios. Además, la existencia de alguna alteración cerebral no está descartada del todo, detectándose diferencias en las asimetrías hemisféricas y anormalidades en la formación de la corteza cerebral.
Las personas con dislexia pueden presentar déficits en los procesos perceptivos, en los procesos de análisis visual, en el reconocimiento de palabras y en el procesamiento sintáctico y semántico.
Algunos signos para detectar la dislexia son:
En la lectura: lentitud y vacilaciones, confusión entre letras de forma parecida, inversión de letras en palabras, confusión en el orden de las letras, omisión de letras, uniones y separaciones indebidas de las palabras y adicción de sonidos al final de las palabras.
Además de los anteriores, en la escritura suele aparecer: un tamaño de las letras demasiado grande o demasiado pequeño, cambios en la direccionalidad de las letras, letras mal elaboradas y poco diferenciadas, dificultad para mantener un espacio regular entre letras y palabras, dificultad para seguir una línea recta incluso con papel pautado y dificultad con la ortografía.
La dislexia no se puede diagnosticar antes de los 8 ó 9 años, dado que es en esta edad cuando se completa el proceso constructivo del lenguaje lecto-escritor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario